La industria del cine está perdiendo el norte. Excusándose en su (muy legítimo) derecho a la propiedad intelectual, se está atrincherando en un triste papel de gendarme de sus beneficios, acusando a una gran parte de sus espectadores potenciales de ser piratas criminales. No comprendo el cierrre de la página Megaupload, no me cabe en la cabeza como se puede despreciar semejante plataforma de distribucíón de contenidos cuando podría ser reconvertida en una herramienta legal, sin ir más lejos, en un pais como España, que carece de un servicio decente de streaming legal. Este enfrentamiento no tiene ningún sentido ni lógica, ni a nivel de beneficios para los creadores, ni a nivel de márketing... no es inteligente. No tiene ni pies ni cabeza. Cierran una página y saldrán veinte, solo hay que entrar en Series Yonkis y ver la cantidad de visualizadores que están saliendo en los últimos tiempos. No tiene sentido y la batalla no la ganarán así, criminalizando a sus propios usuarios.
Todo este follón y grandilocuencia a la hora de defender "la honorable fábrica del cine" para ofrecer cada año un 80% de producción cinematográfica de pésima calidad, un concurso de tiros y efectos digitales imposibles que ocultan pésimos guiones y peores direcciones, 3D hasta en la sopa, actores encasillados que ya no saben cómo salir del laberinto ciego de la industria, falta de ideas y creatividad... El cine no está ni mucho menos perdido, porque el arte vive para siempre, pero todos preferimos comernos unos deliciosos chipirones a la andaluza recién rebozados que una fritanga aceitosa de calamares a la romana industriales.
En cartelera siempre hay algo interesante que ver, tengo pendiente la última de George Clooney "Los descendientes". Me llama "Los hombres que no amaban a las mujeres" de David Fincher, que me enamoró en "La red social". Y el 27 de enero parece que se estrena lo último de Clint Eastwood. Pero la que tenía más ganas de ver era "The artist", que venía precedida de premios, muy buenas críticas y del revuelo mediatico que inevitablemente comporta una película en B/N, muda y de espiritu ultra-retro en pleno siglo XXI. Decir que me ha gustado es poco, porque en la butaca del cine la he degustado como los huesecillos de las alitas de pollo, chupándome los dedos al final.
"The Artist" es una película de finales de los años 20 filmada en 2011, concebida como los clásicos del cine mudo, en blanco y negro y con música como único acompañamiento sonoro. A primera vista, lo único que la distingue de los originales es la evidente calidad de imagen de las cámaras modernas y la ausencia de saltos del frame rate, tan característica de la época de Chaplin, Buster Keaton, Mary Pickford... Nótese que las referencias cinéfilas se ciñen estrictamente al mudo producido por Hollywood, porque ese es el espíritu, el cine de entretenimiento norteamericano.
La historia no tiene sorpresas ni es original, George Valentín está en la cumbre de su carrera como actor de películas mudas , hasta que llega el cine sonoro y su carrera entra en barrena. Mientras tanto, la joven actriz Peppy Miller se convierte en estrella. Chico conoce chica, chico lo pasa fatal, chica intenta ayudarle... y plas, romance y...¿happy end?.
Titulo el post como "El eterno retorno del cine" porque en "The Artist" se respiran 100 años de cine, algunos lo han llamado "emotivo homenaje" y otros insinuan que han montado la historia copiando secuencias, planos y montaje de grandes clásicos y que eso le resta mérito. Personalmente, me decanto por lo primero, porque se nota que no hay ánimo de copia y sí mucho amor por el cine. Verla es jugar al ¿quién es quién? intentando reconocer en tu memoria las referencias a los clásicos de la época dorada hollywoodiense de cada plano. La más brutal para mí, la que me marcó más durante toda la película, es la semejanza física entre Jean Dujardin y Gene Kelly. La fotogenia de su sonrisa, la mirada franca a cámara y los deliciosos pasos de claqué...
Los referentes son muchos, la actriz compañera de reparto de Valentín es "cla-va-da" a la insufrible Lina de "Cantando bajo la lluvia", y por supuesto, Peppy Miller es Kathy Shelden. "El Crepúsculo de los dioses", "Luces de ciudad", "Ha nacido una estrella" ... incluso ciertos toques de expresionismo alemán y Hitchcock en los momentos de mayor tensión dramática. Utiliza recursos visuales de películas posteriores al mudo, pero siempre respetando los ángulos fijos y estáticos de las primeras películas de la historia.
A mí me ha parecido deliciosa. Me quedo con dos secuencias sin despreciar cualquiera de las demás. La primera el gag de Peppy Miller con el perchero. Enamorada, entra en el camerino del actor y utiliza su chaqueta colgada como remedo del propio Valentín, introduciendo su propio brazo en la manga y abrazándose a sí misma como si fuera el hombre el que la tomara de la cintura. Muy divertida, muy Chaplin.
La segunda, la pesadilla de Valentín y la metáfora de la amenaza. Desesperado en su camerino escucha como los objetos cobran vida sonora, se caen, todos lo oímos y él también. Pero él intenta gritar y no sale absolutamente nada de su garganta. Un bonito juego, sencillo pero muy efectista.
Absolutamente recomendable para los rendidos enamorados del cine, para los que están aburridos de Avatares y 3D, para nostálgicos y para adolescentes cuya primera película memorable haya sido Crepúsculo.
PS: Cómo me gusta esta nueva moda de "hombres de verdad". Qué guapo y qué viril es Jean Dujardin...
Qué siga, que siga...
2 comentarios:
muy buena pelicula y por supuesto, muy buen post, me ha encantado.
Felicidades por la nueva imagen del bloc, no sabes como me alegra volver a verte en la blogosfera.
Muchas gracias por leerme y por los ánimos, espero verte de vez en cuando por aquí!
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