martes, 28 de octubre de 2008

LA VENGANZA SE SIRVE “ON THE ROCKS” (De cómo se gesta un despido improcedente. La Traca Final)

Sobre esta historia se ha especulado mucho. Se han consultado fuentes variadas y cada una de ellas ha proporcionado una valiosa información para contribuir a la elaboración de la teoría que ahora mismo nos ocupa. Desgraciadamente, hay fuentes que no se pueden revelar (soy periodista con ética), pero si pudiera hacerlo, sería la más absoluta de las bombas dentro de los círculos implicados.

Mi muy querido público: para mi es un inmenso placer relatarles el final de este folletín, con la satisfacción de poder decir, por una vez, que la justicia divina existe. Señoras y señores, aquí les ofrezco “El ultimátum de Burns” o “De cómo el Sr. Burns se convirtió en el Apestado Burns”.

Ya lo dice la sabiduría popular, “no hagas mal a nadie, que se te virará…”. La esclava, desde su neurálgico puesto de esclava en el departamento regido por el impresentable antes nombrado, sabía perfectamente que tal personaje empleaba más tiempo en aparentar y hacer la pelota al Sr. Director General de Muchamierda S.L, que a revisar la gestión del departamento. ¿Resultado? Lo estaba llevando a la ruina con su ineptitud.

Como habréis deducido ya, Burns fue el siguiente en la guillotina de Muchamierda S.L. Llegados a este punto y frente a la ausencia de evidencias tangibles, recurriremos a la fantasía para recrear su doloroso, humillante y merecido final.

Él afirmó por activa y por pasiva que lo suyo era una baja voluntaria (cómo me suena esto… ¡seguro que a vosotros también!). Pero yo me pregunto, siendo el “intocable” Jefe de Compras, ¿por qué tendría que haber abandonado su privilegiado y bien considerado puesto para irse a engrosar las filas del paro? Porque otra oferta no tenía…

La esclava, disfrutando de ciertas conexiones con la CIA interna y externa de la empresa, y conociendo ciertos contubernios judeomasónicos con extraterrestres del planeta MX42L, podría llegar a afirmar que le hicieron la cama bien hecha, que iba a ser despedido en toda regla y que, por fin, el cazador había sido cazado.

La esclava también sabía que Muchamierda S.L. o bien se hundía o ya estaba boqueando bajo las aguas del Mar Muerto (aunque esta es una predicción que habrá que confirmar más adelante). De modo que Burns, pese a su altanería de jefe de departamento, fue el siguiente títere al que descabezar. “A todo cerdo le llega su San Martín”, que decía mi abuela.

Cuentan las leyendas que el apestado Burns fue visto en la biblioteca de su pueblo consultando el “Primera Má” a la búsqueda de ofertas de empleo. Lo que no se sabe es si es porque el desheredado no tenía dinero para comprarse el suyo propio o que seguía siendo tan tacaño como siempre para comprárselo…

¿Y la esclava? Je, je, je… la esclava Casandra disfrutó de lo lindo desde la llegada del rumor hasta su posterior confirmación. ¿Cómo? Sentada cómodamente en el sofá de su casa. Porque como reza el título de este post, “la venganza no se sirve fría, se sirve “On The Rocks”.

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