miércoles, 18 de enero de 2012

SOPA - INTERNET GOES ON STRIKE

Me decido a volver a la blogosfera justo el día de la huelga en la red.

No es que sea una esquirol, pero considero apropiado dar la máxima difusión al este contenido. Enlace explicativo para aquellos que desconozcan en qué consiste la iniciativa legislativa que amenaza la libertad de expresión de la red: SOPA (wikipedia: que por cierto, está en un apagón de protesta en su versión estadounidense en la jornada de hoy.)

El problema viene a ser el enfrentamiento entre un viejo modelo de negocio: el editorial, discográfico y distribuidor cinematográfico y las nuevas necesidades del espectador 2.0. Debería respetarse la propiedad intelectual, sin la financiación para los proyectos, no se puede crear cultura, pero la industria está negándose a adaptarse a los nuevos tiempos. O al menos no lo hace a la velocidad que el mercado exige.

Ignoro la calidad de servicio que ofrece Netflix en EEUU, pero sí he probado el sistema youzee (legal) que se pretende poner en marcha en España, y por el momento, la calidad es lamentable. Webs como Series Yonkis, Cuevana, Megavideo etc... llevan años trabajando en plataformas de streaming ofreciendo un servicio más que aceptable. ¿Por qué una empresa "legal" no realiza el mismo esfuerzo emprendedor para cumplir con una exigencia del mercado más que razonable?

Lo mismo con los libros digitales... ¿tiene sentido pagar 5 euros por un ejemplar que no tiene soporte en papel? ¿Quién se está beneficiando en realidad, el distribuidor o el creador? En los últimos tiempos, hay una guerra de opiniones en la red entre creadores que se quejan de las descargas gratuitas y los que afirman que la distribución libre ha favorecido la difusión de sus obras, e incluso el beneficio.

Personalmente, no tengo ningún problema en pagar por obtener un servicio legal y no me gusta hacer acrobacias en el portátil para ver gratis una película. Pero a falta de una herramienta potente, de calidad y a un precio razonable, es normal que se siga utilizando la puerta de atrás para entrar en los contenidos deseados. El internauta es rápido, impulsivo y no le gusta tener que pelearse con una página que se lo pone complicado. Y la industria debería tomar nota de las necesidades de los usuarios, no de las suyas propias.

Y esto al final, es una respuesta a la premisa que abandera la creación de SOPA. Pero hay más, muchísimo más, porque al final lo que está en juego es la libertad de internet, la herramienta de comunicación más potente jamás creada. Y que eso esté en manos de cualquiera molesta a muchos.


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