Este es uno de mis tangos favoritos, aunque es muy dificil escoger solo uno. Estaba buscando una versión el youtube para colgarlo y me he pasado más de cuarenta minutos bailando de enlace a enlace. Y eso solo para un tango... es más especial de lo que pensaba entonces.
No tengo oído tanguero, no sé lo que está bien o está mal al escucharlo, pero la intuición me dice que el tango es una historia de amor que se lleva muy dentro, y como tal, te tiene que salir del pecho. Así, el que te sonroje del alma al escucharlo, ese es el tuyo. Como los amantes, como las noches de lluvia y los cielos de luna. Al escuchar tu tango desearías poder cantarlo o bailarlo para estar más cerca de él y que se te metiera más adentro.
La primera vez que lo escuche fue en la voz de Mercedes Sosa, y es maravilloso escuchado en su voz potente. Pero yo buscaba unos arreglos más tangueros, más bandoneón, más clásico... después de veinte versíones, me di cuenta de lo que estaba buscando. Buscaba una voz que me sugiriese una mujer sentada en una mesa de cualquier bar oscuro, de esos donde no se ven las caras de los que hacen cosas prohibidas. Una mujer que le canta con dolor a una silla vacia, posiblemente muy borracha de vino, cerveza o pasado... prometiéndose a sí misma que esta noche es la última que bebe lágrimas con una sombra y sabiendo que mañana volverá, irremediablemente, a cantar el mismo tango.
No he encontrado exactamente lo que buscaba, pero está está versión de Aída Denís que debe ser de los años 50 y que tiene el encanto de las grabaciones antiguas.
2 comentarios:
precioso!
precioso!
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