SOMNOLENCIA ESPORÁDICA

A tocarse las narices y nunca mejor dicho… otra vez… ¡OTRA PUÑETERA VEZ!

Resfriada.

Lo de siempre, mocos en todas sus variedades: moquillo, mocos, engrudo sinusítico. Ojos que pican, dolor de garganta, tos de camionero, debilidad general… en fin, una bicoca. Y claro, lo único que alivia estos asquerosos síntomas son las drogas legales distribuidas a los yonkis legales por los camellos legales de los laboratorios farmacéuticos.

Couldina y Flumil.

Yo no acabo de entender muy bien por que la gente se vuelve loca buscando ketamina para las noches viciosas de discoteca. ¿Saben que esto es un anestésico para caballos? No vale la pena romperse la cabeza y gastarse una pasta, es mucho más fácil ir a la farmacia y comprar una botella de jarabe Sekisán para la tos. Os aseguro que tiene efectos alucinógenos, y si no, mirad lo que estoy escribiendo ahora mismo.

Yo estaba muy interesada en hablar hoy sobre el boicot a las marcas, el anarco-pacifismo y las alternativas al neoliberalismo a través de la desobediencia civil. Pero esta tarde me he dado cuenta de que soy dependiente de los productos de la farmacéutica de la esquina. No soy especial, no puedo ser una rebelde, me quedo fuera de la lucha activa.

Me llamo Nenita y soy Flumilainómana.

Yo quería escribir sobre estos temas tan interesantes y en lugar de eso, he caído completamente K.O. en la cama debido a la “esporádica somnolencia” que “en ocasiones” produce este tipo de medicamentos.

Después de contaros esto, me imagino que he perdido todo vuestro respeto. Normal. Es que hay que ser consecuente, no puedo soltar el rollo de boicotear a las firmas de cosmética que experimentan con animales y luego comprarme toda la colección primavera – verano 2009 de Bayer o Boehringer Ingelheim España S.A.

En resumen, que estoy hecha un asco. Me voy a tomar otro sobrecito de Mucosán y otra pastillita efervescente de Frenadol, a ver si con un poco de suerte me quedo sopa al cabo de cinco minutos, se me adormece la conciencia y en lugar de contar ovejitas para dormir, me convierto yo misma en una.

Acabo de recordar el título de aquella novela… “¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?”. Esta noche descubriré si soy o no una replicante con fecha de caducidad.

¿Qué os decía? Sekisán = efectos alucinogenos. Drogodependientes lúdicos de fin de semana, tomen nota.

PD: ¿Sabíais que el dueño de la empresa que produce la marca Kleenex es un congresista republicano yanki que apoya medidas extremistas contra la inmigración en su precioso pais del primer inframundo? ¿Veis? Si es que no puedo ni sonarme los mocos sin cargo de conciencia.

La próxima vez que alguien me recuerde que tengo que hablar de la supervivencia humana a través de la fotosíntesis.