El siguiente video refuerza mi convicción de que no existen materias difíciles o aburridas, solo profesores pésimos. Si hubiera tenido un profesor de matemáticas como este hombre, tal vez ahora mismo sería astrofísica o ingeniera aeronáutica. Desde luego, cada persona nace con ciertas aptitudes o talentos, pero los límites podrían llegar a ser muchísimo más difusos si alguien nos enseñara a confiar en nuestras capacidades.
Y sobre todo, si nos enseñan a amar lo que hacemos... Tiene razón en su planteamiento, si los ojos de los que te miran brillan, es que lo estás haciendo bien.
Una lección magistral:
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