Para empezar, he de decir que el cabreo sublime empieza a amainar. Mejor no hacérmelas de color rosa demasiado pronto, pero empiezo a ver claros en el cielo de tormenta. Al final, tienes que buscar recursos para gestionar la ira, porque si no, se te come a bocados y te convierte en un ser amargado. Qué coño, soy demasiado joven y guapa como para estar amargada (ni aunque fuera fea o vieja, en realidad...)
Lo mejor para dejar de revolcarse en la sucia mala leche es buscar cosas que te hagan feliz poquito a poco. Así le das una oportunidad a la alegría de entrar maquiavélicamente en tu vida sin enterarte. Para cuando te des cuenta y pretendas soltarle un bufido a las nubes resulta que tendrás una gran sonrisa en los labios y ni siquiera sabrás por qué. Ah, qué malvadas son las ganas de vivir...
Pues eso, hoy le he abierto una minúscula rendija a la felicidad. Hay una nueva hamburquesería justo al lado de mi casa... ¡¡¡VEGETARIANA!!! Salchichas, hamburguesas, pizzas, sobrasada... ¡¡¡100% meat free!!! He ido a probarlas enseguida y os aseguro que están deliciosas. No entiendo porqué no hay más gente que se hace vegetariana, el recurso al filete es sano, amplio, variado y rico, rico con fundamento.
Mucha gente me ha preguntado por qué soy vegetariana. Para empezar, siempre digo que no soy vegetariana, ya que como pescado. La reacción inmediata es preguntarme con sorna " Ah, y los pescados no sufren cuando los pescan? por qué comes pescado y carne no?". La respuesta es sencilla, no lo dejo porque no tengo lo que hay que tener, pero debería hacerlo. A partir de ahí, mis gustos alimenticios se convierten en tema de disputa y burla durante, por lo menos, media hora.
La cuestión es, ¿a tí qué te importa lo que mastican mis dientes? ¿Acaso te pregunto yo a tí en qué postura se lo montan tus padres? ¿Me rio de ellos por concebirte haciendo la del misionero?. Tengo por norma no hacer apología del vegetarianismo, es decir, si alguien se está comiendo un buey delante de mi, jamás se me ocurrirá decirle que debe hacerse vegetariano. Es una simple cuestión de educación y respeto. Si después entramos en conversación y sale el tema, cada uno expondrá libremente su opinión acerca del tema. Probablemente no estaremos de acuerdo en muchas cosas, pero qué quereis que os diga, el respeto por encima de todo.
Esta tarde nos hemos ido al Parque de la Ciutadella al Festival de Asia. Había un montón de actividades y conciertos. Uno de ellos era de música pakistaní y la verdad es que había bastante público aplaudiendo entusiasmado. Iba con una amiga que ha trabajado toda su vida haciendo servicios sociales, y como sabeis, yo vivo en el centro de la comunidad pakistaní de Barcelona. A las dos nos asaltó la misma idea al mismo tiempo: toda esa gente tan guay y tan alternativa que aplaudía en el concierto... ¿Qué piensan de los inmigrantes? ¿Compartirían su espacio con ellos en un ambiente no tan liberal como el de un concierto al aire libre?
Digo esto porque el otro día fuí testigo de un comentario muy xenófobo que me sentó como una patada, y es algo mucho más habitual de lo que me gustaría. Y al final, te vas dando cuenta de lo rodeados que estamos de prejuicios hirientes. Evidentemente, haber, hay de todo en la viña del señor y a veces los prejuicios se cumplen, pero eso ya es una cuestión de estadística. Siempre hay una o dos manzanas podridas en el cesto.
Vale, lo que me molesta es la gente que habla por hablar, la que tiene que encontrar la polémica y la crítica por el simple placer de joder al de enfrente. ¿Por qué siempre hay listillos a los que les molesta cualquier cosa que sea diferente a lo que ellos piensan? Y no solo eso, sino que parece que tienen que reconvertir a la pobre alma descarriada que tiene otra opinión. Y estos son los positivos, porque se imaginan que razonan contigo. Luego está la clase de los que, refugiados en su santa ignorancia de mente cerrada, se forman una opinión sobre algo por ciencia infusa y se dedican a repartir su mierda intransigente sin escuchar a nadie más. Por que ellos poseen la verdad verdadera y tú estás equivocado.
Joder, primera norma ética de convivencia para este mundo tan cruel: "Vive y deja vivir". Hasta que alguien traspase tu propia libertad y/o espacio personal, lo que haga con su vida no es de tu incumbencia.
Reconozco sin pudor que yo soy la primera prejuiciosa, xenófoba e hipócrita. Odio a los guiris, los detesto como si fueran pulgas. Y al final, a mi me encanta hacer de guiri allá a donde voy... Soy asquerosamente humana.
Pero bueno, hay cosas mucho más serias. Hoy he encontrado una cancioncita muy bonita que hoy dedicaremos a los xenófobos, racistas, machistas, homófobos y demás raleas de tóxicos con dos piernas que circulan por el mundo, emponzoñandolo con sus asquerosas ideas intolerantes y dañinas:
Con cariño, que os jodan...
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