Barcelona y yo somos como dos amantes siempre a la gresca. Así nos llevamos a matar como nos reconciliamos apasionadamente.
Al salir del local donde estaba comiendo, esta caprichosa ciudad me ha regalado un momento singular. Lloviendo a cántaros, va y sale el sol por encima de un edificio de Paseo de Gracia. Y por supuesto, la imagen es espectacular, cada gota de lluvia reflejando cual prisma la luz de los rayos del sol, y en medio, las hojas ocres de los árboles caducos. Qué belleza...
¿Por qué no sabré hacer fotografías??????
Pues nada, una bronca más solucionada. Si es que no sabemos vivir la una sin la otra.
No me olvido de la respuesta al post anterior. Se está cociendo en el horno de mi Moleskine...
2 comentarios:
Siempre has sido un poquito lenta. Sigo a la espera.
Fino
jajajajajaja.... Lenta yo????
JoOoOoOoO!!!!!
Es cierto... no sé si entre hoy y mañana... si es que en realidad lo tengo todo escrito, solo tengo que redactarlo...
Mira que te mola que te metan caña, eh!!! Jajajajajaja...
Estás fatal!!!!!
Ya verás, ya...
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